¿Te quejas pero no haces nada?

Dec 06, 2024

¿Cuántas veces nos quejamos de algo que no nos gusta de nuestro físico? ¿Cuántas veces hemos deseado tener una mejor salud y forma física? Y, ¿cuántas veces hemos hecho algo para cambiar?

Cada persona tiene sus inseguridades y quejarse, además de ser muy fácil, sienta muy bien durante unos instantes.

El problema surge cuando esta queja se convierte en algo rutinario y en estrictamente lo único que haces al respeto. Cosa que, de hecho y siento decirte, no soluciona absolutamente nada. Quejarse y no hacer nada lo único que hace es retroalimentar la negatividad.

¡Aclaración! Nunca deberías querer cambiar algo de tu cuerpo o estar insatisfecho con él por culpa de las opiniones de otras personas que no te hacen bien. Cada cuerpo es perfecto tal y como es y nunca debes permitir que la sociedad te influya negativamente en la visión que tienes de ti mismo. Aceptarse y quererse es IMPORTANTÍSIMO.

Aun así, también quiero aclarar que dentro de esta aceptación y amor propio existe, del mismo modo, la posibilidad de querer mejorar y cambiar. No por lo que los demás puedan pensar de ti, sino por ti mismo. No pasa nada por querer mejorar tu salud física, por querer estar más tonificado, por querer perder peso… mientras tus razones sean equilibradas y surjan del amor por ti mismo y de tu deseo a ser la mejor versión de ti mismo.

Después de esta pequeña aclaración…

Quejarse constantemente pero no hacer nada para cambiar significa que tenemos un problema de fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad es esa intensidad dentro de nosotros que nos empuja a ser constantes con un objetivo, a esforzarnos y a luchar por conseguir lo que queremos. Se basa en la autodisciplina, la automotivación, la constancia y la perseverancia. Básicamente, es totalmente lo contrario de quejarse.

“Si la motivación es la carilla que prende la mecha, la fuerza de voluntad es la cera de la vela.”

– Mago More

Si lo que quieres es trabajar en tu fuerza de voluntad, con el objetivo final de mejorar tu salud física, debes saber que, aunque la conexión entre ambas es clara y directa, debes tener en cuenta otros tipos de salud. Concretamente, tu salud emocional y mental.

Tener salud, como concepto general, no es únicamente estar en buena forma. También significa estar en equilibrio emocionalmente, tener un proceso racional coherente, vivir plenamente y ser feliz.

En otras palabras, si hay algo de tu físico que deseas cambiar, no sólo debes dejar de quejarte y hacer algo al respeto, sino que también debes trabajar en tu salud mental y emocional, para poder ver un impacto claro y duradero en tu cuerpo.

«No hay salud sin salud mental.»

El primer paso para poder tener una buena salud en todos los aspectos, es tener pensamientos positivos sobre uno mismo. La imagen que tenemos de nosotros mismos determina enormemente nuestra salud, tanto si es negativa como si es positiva.

Cuando tenemos pensamientos positivos sobre nosotros, estaremos construyendo una imagen personal potente y sana, además de trabajar en nuestra autoestima. Esta autoestima, precisamente, será la que nos ayude a construir una base mental sólida, fuerte e indestructible. Será la que nos permitirá trabajar en otros ámbitos de nuestra persona (como el físico), sin perder el equilibrio y el bienestar.

No hace falta que sean pensamientos sobre tu físico, pueden ser también sobre tus capacidades, sobre tus valores, sobre tus aptitudes como amigo, pareja, familiar…

“La autoestima es tan importante para nuestro bienestar como las piernas para una mesa. Es esencial para la salud física y mental, y para la felicidad.”

– Louise Hart

Otros consejos…

A parte de esta autoestima, existen otros elementos en nuestra vida que debemos cuidar y trabajar con tal de tener una buena salud.

Es muy importante, por ejemplo, que estemos alineados con lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Esta alineación sentimiento-pensamiento-palabra-acción nos permite estar en equilibrio, en balance, sin discrepancias internas. Cuando este funcionamiento se desequilibra, el impacto se dará tanto a nivel mental, como emocional, como físico.

También es importante, aunque resulte obvio, cuidar nuestra alimentación y hacer ejercicio físico. Al fin y al cabo, la forma física depende mayoritariamente de nuestros hábitos diarios y del cuidado que tengamos de nuestro cuerpo.

Por último, otra cosa que debemos hacer para mejorar nuestra salud es eliminar de nuestra vida cualquier situación o persona tóxica. La toxicidad pone una piedra enorme en el camino del crecimiento personal, la salud mental, emocional y, consecuentemente, tu físico.

Sé valiente y echa de tu vida todo lo que no te haga bien. ¡Se acabado quejarse y no hacer nada!