MINDFUL EATING: ¿qué es y cómo practicarlo?
Dec 06, 2024El “mindful eating” o “alimentación consciente” es un concepto sobre el que cada vez escuchamos más hablar, basado en llevar la nutrición al siguiente nivel, prestando una atención plena y completa a nuestras comidas.
El estilo de vida moderno característico de la sociedad actual, de prisas, estrés, rapidez y ansiedad, nos aleja completamente de este tipo de conceptos en nuestra rutina diaria. Muchos de nosotros casi no tenemos ni tiempo para comer, cocinamos o incluso compramos algo rápido, generalmente sin prestar atención al sabor, la textura o la nutrición de lo que estamos comiendo. ¡Si comemos mientras miramos el móvil, la tele o trabajamos!
Es por eso que esta tendencia es tan increíblemente beneficiosa. El “mindful eating” no solamente nos permite ser conscientes de todo esto y apreciarlo, sino que además nos enseña a escuchar las sensaciones y necesidades alimentarias de nuestro cuerpo, conduciéndonos hacia una mejor salud y relación con la comida.
«Comer sano significa escuchar a tu cuerpo, prestar atención a lo que te dice, comprenderlo, respetarlo y hacerle caso.»
Teresa Talavera
A través de estar presentes, atentos y conscientes cuando comemos, nuestra intuición se despierta y aprendemos, día a día y comida a comida, a detectar cuándo verdaderamente tenemos hambre y cuándo estamos saciados, cuándo tenemos sed e incluso qué tipo de alimento pide nuestro cuerpo en aquel momento. Con la alimentación consciente, podemos ser capaces de saber si nuestro cuerpo nos pide algo dulce y con azúcar, si necesita algo con alto contenido de agua, si nos pide energía y carbohidratos… más allá de lo que nos “apetece” o “lo que toca”.
«La alimentación consciente nos acerca a una relación plena, sana y feliz con la comida.»
Teresa Talavera
Este factor es verdaderamente importante para nuestra sociedad, ya que no sólo se caracteriza por la rapidez y las prisas, sino que todavía recae mucho en las dietas. La dieta “keto”, la “paleo”, el “crudiveganismo”, dietas sin azúcar, sin carbohidratos… existe un sinfín de planes alimentarios que condicionan nuestra manera de comer y que son accesibles para cualquiera. Aunque es muy importante que queramos cuidar nuestra salud física y nuestra nutrición, y aunque el objetivo detrás de alguna de estas dietas puede ser ético o medioambiental, también hay muchas personas que eligen estos mecanismos por las razones equivocadas y acaban desarrollando una mala relación con la comida.
Sin embargo, cuando practicamos el “mindful eating”, conocemos a nuestro cuerpo, lo escuchamos con tranquilidad, sentimos sus emociones y respondemos a sus necesidades. Entendemos el hambre, el sacio, la sed… además, entendemos la diferencia entre lo que llamamos hambre visual y olfativo con el hambre celular, mental, estomacal, etc. Y esto nos acerca a una relación con la comida sana, intuitiva, consciente y plena.
¿Cómo podemos empezar a practicar la alimentación consciente?
Evita las pantallas
Sé que puede resultar difícil no poner la televisión o mirar las redes sociales mientras comemos, pero las pantallas nos distraen completamente de lo que tenemos en el plato, haciendo que comamos sin siquiera darnos cuenta y no controlemos nuestra hambre.
Come lentamente
Intenta dejar el tenedor encima de la mesa después de haber tomado un par de bocados durante toda la comida. Así, comerás más lentamente, disfrutarás más de la comida y apreciarás más cada bocado.
Cierra nos ojos y disfruta
Esta técnica la puedes repetir tantas veces como quieras durante tu comida. Si cierras los ojos, respiras profundamente y te centras en el sabor, la textura, la combinación entre alimentos… descubrirás platos que has comido mil veces antes de una manera completamente nueva.
Cocina más y más conscientemente
En vez de comprar algo precocinado, calentar un plato rápido o comer fuera, asegúrate de que, varias veces a la semana y en la medida de lo que te de tiempo a ti según tu trabajo, familia, etc., pasas tiempo cocinando y preparando tu comida de manera consciente, elaborada y sin prisas.
Utiliza alimentos puros y conecta con ellos
Asegúrate de que tus platos están llenos de alimentos que no sean procesados (frutas, verduras, legumbres, etc.) y que reflexionas sobre tu procedencia, quién ha participado en su elaboración, cómo ha llegado hasta tu plato, de dónde viene, cómo ha crecido, …
Y tú, ¿has probado ya el “mindful eating”? ¿Cómo lo aplicas a tu día a día?