La importancia de la salud mental, sobre todo a raíz de la pandemia, ha pasado de ser un tema quizás “tabú” para muchos a algo de lo que escuchamos hablar constantemente. Es algo que me llena de positividad, alegría y motivación ya que, con tal de poder disfrutar de una vida plena y gratificante, debemos gozar primero de paz, balance y fuerza internos. Así mismo, cuanta más atención le prestemos a nuestra estabilidad interna, más grande y accesible será la mejora.

Prestar más atención a nuestra salud mental y a nuestra estabilidad emocional, además, no es algo que pueda realizarse únicamente cuando estamos mal o tenemos algún problema: todo el mundo debería cuidarse a sí mismo y a su salud, tanto física como mental.

A nivel físico, ya sabemos lo que tenemos que hacer diariamente con tal de estar sanos. Mantener una alimentación sana y equilibrada, hacer ejercicio de manera regular, está estudiadísimo. Sin embargo, cuando se trata de nuestra salud mental, poco se habla de aquellas pequeñas cosas que podemos hacer de manera rutinaria para mejorarla.

Esta rutina es, precisamente, en lo que debemos focalizarnos, al menos en gran parte. Adoptando pequeños cambios y hábitos en nuestro día a día, mejorar nuestra salud mental será mucho más fácil, no solo en ese momento, sino en el largo plazo.

A continuación, os enseño 10 hábitos fáciles de adoptar que resultan extremadamente necesarios si queremos aprender a llevar una vida más sana, equilibrada y eficiente.

Los grandes cambios empiezan por pequeñas aportaciones. Si aprendemos a incorporar estos comportamientos a nuestra rutina diaria, pronto se convertirán en costumbres que haremos sin ningún tipo de esfuerzo.

1. Levántate temprano: A todos nos resulta molesto el sonido de la alarma por las mañanas. Sin embargo, si cambiamos nuestra perspectiva y nuestra intencionalidad detrás de levantarnos temprano, hacerlo resultará cada día más fácil. Busca algo productivo que puedas hacer por las mañanas, antes de ir a trabajar, a estudiar, etc. y que te motive. Por ejemplo, escribir, ir a dar un paseo, leer un libro o tu blog favorito, etc. Recuerda: lo primero que haces al levantarte es lo que determinará tu energía durante el resto de la jornada.
   
2. Hidratación constante: Mantener un porcentaje correcto de agua en nuestro cuerpo es esencial para que ciertas reacciones químicas vitales sucedan con naturalidad (como la absorción o transportación de nutrientes, la respiración, etc.). Por esa razón, mantenernos hidratados correctamente nos ayuda a pensar con claridad, a mantener nuestra menta despejada y activa y a concentrarnos correctamente.
   
   ¡Extra Tip!: Añade un par de rodajas de limón a tus vasos de agua para una mayor efectividad.
   
3. Dedícale tiempo a tu vida social: los humanos somos animales sociales por naturaleza. Nos gusta compartir, quedar, abrazarnos… De hecho, cuidar las relaciones y los vínculos emocionales con los demás, ayuda a reducir nuestro estrés y ansiedad. Y, es que, ¿hay algo mejor que pasar una tarde divertida y plena con tu familia o tus amigos para desconectar?
   
4. Camina: Realizar actividad física frecuentemente es uno de los pilares de nuestra salud mental. Muchas personas piensan que, con tal de estar en forma, deben machacarse en el gimnasio o hacer muchas horas de una actividad concreta. Sin embargo, el caminar está increíblemente infravalorado. Caminar un poco todos los días ayuda a adquirir una buena postura corporal, mejora nuestro humor y reduce la sensación de fatiga y el desarrollo de depresión.
   
   
   
5. Higiene: Mantener una buena higiene puede parecer algo obvio que todos realizamos a diario, pero también se trata de un tema bastante tabú en sociedad. Una limpieza personal adecuada no es solo increíblemente importante a la hora de evitar infecciones, enfermedades o problemas de salud, sino que también lo es cuando se trata de la percepción que se tiene de uno mismo. ¿Sabías, por ejemplo, que ducharse con frecuencia (y, a poder ser, con agua fría) aumenta la autoestima y confianza en uno mismo considerablemente?
   
6. Tiempo personal: Trabajar duro es muy importante si queremos llegar lejos. Sin embargo, mantenernos demasiado ocupados y llenar nuestras agendas con faena interminable puede generar estrés, ansiedad e insomnio. Esto puede verse gratamente reducido si dedicamos un tiempo concreto de nuestro día a nuestro disfrute personal. Todos tenemos hobbies que a veces abandonamos por falta de tiempo, pero aprender a gestionarlo con tal de tener tiempo para nosotros es muy importante.
   
7. Diversión: No sólo es importante que te dediques tiempo a ti mismo y a tus necesidades, pero también debemos pasarlo bien. Reír a carcajadas es una de las mejores medicinas que existen, ¿verdad?. Sea lo que sea lo que te divierte más a ti, lo que te hace sonreír y reír, asegúrate que lo incluyes en tu rutina y que no sea algo punual y esporádico.
   
   
   
8. Desconexión de las pantallas: A menudo, y cada vez con más frecuencia, pasamos demasiadas horas delante de ordenadores, teléfonos móviles o tablets. Sea por trabajo, estudios o sociabilización, nos estamos acostumbrando a pasar cada momento acompañados de un aparato electrónico. ¿Sabías que está demostrado que la luz que desprenden las pantallas reduce considerablemente los niveles de melatonina en nuestro cerebro, encargada del correcto funcionamiento de los patrones del sueño? Reducir las horas delante de pantallas a sólo lo necesario y evitar utilizarlas antes de ir a dormir, puede mejorar enormemente nuestro descanso y ansiedad.  
   
9. Orden y limpieza: Irse con los platos de la cena sin fregar, con la mesa del estudio desordenada, con la ropa sucia sin lavar, etc. son todo acciones que impiden mantener un espacio personal ordenado, limpio y organizado. Cuando, antes de ir a dormir, ordenamos nuestro espacio, mejoramos nuestra eficiencia al día siguiente y reducimos la frustración y la sensación de agobio.
   
10. Acuéstate temprano: Igual que hemos visto que levantarse temprano ayuda a nuestra productividad, lo mismo puede decirse de ir a dormir a una hora prudente. Descansar y dormir suficiente permite que nuestro cuerpo se relaje, desconecte y recargue energías, de manera que levantarnos temprano también va a resultar mucho más fácil. De hecho, está demostrado que la falta de sueño se relaciona con problemas de memoria, cambios de humor y hábitos alimentarios poco saludables, entre otros.

Todos estos hábitos no solamente nos van a ayudar a nivel personal (permitiéndonos tener una vida más saludable), sino que también nos conducirán hacia una vida laboral más eficiente, provechosa y, consecuentemente, exitosa. La clave es no prestar atención únicamente a nuestra salud física que, aunque igual de importante, no es suficiente.

Si te encuentras en una situación en la que te es extremadamente complicado cuidar tu salud mental, nunca tengas miedo a pedir ayuda. Empieza por hablar con personas de confianza (amigos, familiares, tu pareja…), ábrete, comunícate y explica qué te sucede. Si, aun así, ves que no funciona o, simplemente, no sabes a quien acudir, no dudes en ponerte en contacte conmigo. Yo te ayudaré a analizar tu situación, te guiaré y te conduciré hacia el cuidado real y duradero de tu salud mental y el crecimiento personal.